como otras miles de tantas
dormí preguntándome quién era,
quién y qué era realmente,
el por qué del motivo de mi existencia,
hoy al despertar
la pregunta seguía latente,
huérfana de respuesta,
únicamente calma mi espíritu
el creer sin llegar a comprender
que el día en que me abandone
esta imperiosa necesidad
de cuestionar en este mundo mi presencia,
en esta dimensión del presente,
ese día,
ese día entonces
te dormiré soñando
ser el haz que me proyecte
en forma de luz al universo,
y que mi Alma,
que al menos mi Alma sea digna
de merecer ser el hijo
de la sombra de una estrella...
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